Piedras que hablan

By Ensayos, Vida Cristiana

Son tan simples, insignificantes, de hecho la palabra “ordinarias” todavía resulta muy sofisticada para referirse a ellas. Diminutas, medianas, grandes y aunque algunas hay inmensas, no dejan de ser lo que son: solo piedras. Pero debo confesar que ya no puedo ver una piedra de la misma manera que antes; no puedo sencillamente ignorarlas; me hablan, algunas me gritan, pero todas me recuerdan alguna cosa:

Una piedra me recuerda que Satanás puede utilizar cualquier cosa para tentarme y que ningún objeto es lo suficiente ridículo en su mente para intentar hacerme caer.

Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.

Mt.3:4

Una piedra me recuerda que una vez caído en la tentación y haya consumado el crimen espiritual; mi pecado siempre tendrá consecuencias

Y Acán respondió a Josué diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra Jehová el Dios de Israel, y así y así he hecho.

Josué 7:20

Y que la consecuencia del pecado siempre involucrará a otros, a los más cercanos, por hacerlos caer conmigo o por infringirles dolor.

“Entonces Josué, y todo Israel con él, tomaron a Acán hijo de Zera, el dinero, el manto, el lingote de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus asnos, sus ovejas, su tienda y todo cuanto tenía, y lo llevaron todo al valle de Acor. Y le dijo Josué: ¿Por qué nos has turbado? Túrbete Jehová en este día. Y todos los israelitas los apedrearon, y los quemaron después de apedrearlos.Y levantaron sobre él un gran montón de piedras, que permanece hasta hoy. Y Jehová se volvió del ardor de su ira. “

7:24-26

Una piedra me recuerda que antes de ver el pecado de los hombres de afuera y exigir el juicio de Dios sobre ellos…

“Le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?”

Juan 8:4-5

…debo ver el pecado del viejo hombre que está dentro de mí; que la consciencia no me permitirá nunca arrojar la primera piedra porque hay Uno que también conoce lo que está adentro de mí.

“Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.”

Juan 8:7-9

Una piedra me recuerda que el juez justo, perfecto y sin pecado, el único con derecho de tirar la primera piedra, decidió perdonarme en lugar de condenarme porque el juicio de Dios cayó sobre él:

“Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.”

8:10-11

y el que el camino después del perdón divino es en santidad para no volver a vivir en el pecado perdonado.

“Ni yo te condeno; vete, y no peques más.”

11

Una piedra me recuerda lo que Dios en su gracia y misericordia a hecho conmigo; perdones, favores y victorias; y que exige que lo mantengamos en mente para conmemorarlo con los que nos acompañan y los que vienen detrás:

“Y les dijo Josué: Pasad delante del arca de Jehová vuestro Dios a la mitad del Jordán, y cada uno de vosotros tome una piedra sobre su hombro, conforme al número de las tribus de los hijos de Israel, para que esto sea señal entre vosotros; y cuando vuestros hijos preguntaren a sus padres mañana, diciendo: ¿Qué significan estas piedras? les responderéis: Que las aguas del Jordán fueron divididas delante del arca del pacto de Jehová; cuando ella pasó el Jordán, las aguas del Jordán se dividieron; y estas piedras servirán de monumento conmemorativo a los hijos de Israel para siempre.”

Josué 4:5-7

Pero una piedra también me recuerda la advertencia de que la opulencia exterior no siempre significa buen corazón interior que alaba a Dios y por eso, tal grandeza está destinada a la destrucción.

“Y a unos que hablaban de que el templo estaba adornado de hermosas piedras y ofrendas votivas, dijo: En cuanto a estas cosas que veis, días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra, que no sea destruida.”

Lucas 21:5-6

Es que las piedras son tan comunes, las encuentro en todos lados; incrustadas en la calle o en las paredes, pero ya no las puedo ver igual; pensándolo bien, me conviene verlas por todas partes, así tendré una razón para meditar en Dios y su palabra en cada momento y en cualquier lugar.

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Last modified: August 12, 2021

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