Los que vinimos de esas iglesias en las que no había un sofisticado sistema de sonido sino un órgano y que tampoco contaba con las últimas herramientas de la tecnología, nos topamos alguna vez con el individuo que compra cosas para “el servicio del Señor” pero con letras pequeñas de los que no pueden usarlas porque se arruinan. Después de todo: “costó una fortuna”. En mi caso, no es...
¿Cuánto cuesta la silla quebrada De la Iglesia?
¿