Si vas a copiar algo de alguien hoy, que no sea a Adán tratando de escapar de la culpa; diciendo “la mujer que me diste…” (Gen.3:12) cuándo Dios le preguntó “¿dónde estás tú?” o a Eva culpando a la serpiente (3:13) cuando Dios se acerca para encarar los hechos pecaminosos. Que no sea lo grosero, irreverente, testarudo y rebelde de Caín al contestar “acaso soy...
Oportunidad no aprovechada
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