El caballito de batalla de muchos jóvenes que no oran pero quieren que esas raras y pequeñas apariciones de sus deseos delante de Dios sean contestadas favorablemente es el Salmo 37:4: “deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón.”; y por lo general prestando más atención a la segunda parte, la conveniente, aquella que les interesa; casi viendo como un...
Una aclaración para las peticiones de tu corazón
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