Querido aspirante a guerrero: La batalla persiste y se vuelve más violenta a cada hora, resistimos por milagro, porque, la verdad sea dicha: nunca se ha visto un ejercito tan vergonzoso, tan traicionero, y condescendiente con el enemigo como el nuestro. Escuchamos la orden directa del Rey, pero con oídos ensordecidos por el estruendo de nuestros propios cañones, dirigidos hacia nosotros mismos...









