¿Abortos en la biblia?

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Hay mil personas con aportes más trascendentales contra el tema del aborto, que ya defendieron perfectamente el asunto desde el punto de vista científico, biológico, filosófico y teológico.

Por eso yo solo quiero poner un poco de sal a la herida de algunos cristianos progresistas que apoyan la decisión de una madre que se cree dueña y señora de su cuerpo porque un niño irrumpe dentro de ella.

Por supuesto que, como todos esperan, tengo que poner mi base en Exodo 20:13, el inmejorable “No matarás” del Señor que todo el mundo conoce (aunque sea por la película de los diez mandamientos de los años cincuenta) cuyo significado es entendible para todo el que use bien el cerebro; tenemos prohibido matar a alguien a quien Dios ha dado vida.

Hay algunos versículos en la biblia que hablan sobre el tema y algunos otros con ideas que le toman la mano. Hay que empezar con un clásico: “Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre.” (Salmos 139:13) donde David reconoce que lo que está dentro del vientre es un diseño de Dios y dice “No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.” (15-16) así que no hay forma de argumentar que no es una vida cuando en la mente de Dios siempre lo será.

Pero está bien, no habla de un aborto en realidad, alguien dirá que solo es una persona que se sentía optimista en cuanto a su nacimiento.

Entonces tal vez quieran ver un punto de vista diferente, lejos del optimista David; qué tal este:

“¿Por qué no fui escondido como abortivo, como los pequeñitos que nunca vieron la luz?” (Job 3:16) es más, en el capítulo 3 se leen expresiones como: “Maldijo su día” (1); “Perezca el día en que yo nací” (3); “Sea aquel día sombrío” (4); “¿Por qué no morí yo en la matriz?” (11) y un largo etcétera… ¡ah! y añade a esto que los títulos de este capítulo en diferentes versiones es: “Job maldice el día en que nació” (RV60); “El lamento de Job”(NASB) o “Queja de Job” (RVC).

O, qué tal Jeremías diciendo: “Maldito el día en que nací; el día en que me mi madre me dio a luz no sea bendito”; “porqué no me mató en el vientre, y mi madre me hubiera sido mi sepulcro” (v.17); “¿Para qué salí del vientre?” (Jeremías 20: 14 y 18).

Pero los cristianos de pensamiento social moderno no pueden utilizar estos versículos para defender la causa del aborto; puesto que estarían agregando a ella palabras de hombres en depresión que por circunstancias adversas no estaban valorando la vida que Dios les había dado, ¿qué vida se salva con depresión?, además, sería ilógico poner las palabras de personas que, al final de cuentas, nacieron; y si no hubiesen nacido, pues no tendrían sus palabras.

Entre otras cosas, ¿notaste que no fueron palabras de las madres embarazadas?, se tendría que tomar también el deseo de Jeremías en cuanto al embarazo de su madre: “y su vientre embarazado para siempre” (v.17) porqué hubiese preferido estar ahí dentro, ¡que nadie lo sacara!

Job preguntó: “¿Por qué no fui escondido como abortivo…? (3:16) y “¿Por qué no morí yo en la matriz?” (3:11),  porque no era decisión de él sino de Dios. Ni Job ni su madre interfirieron con la decisión. Su vida resultó ser la puerta para que se nos revelara mucha de la sabiduría de Dios.

Jeremías preguntó: ¿Para que salí del vientre? (Jer. 20:18); aunque no lo sabía, estaba destinado a ser un profeta que nos enseña pasión por las palabras del Señor y aflicción por un pueblo desobediente. Un ejemplo a seguir.

Está dicho, aún los pasajes en la biblia en donde se habla explícitamente del aborto están pintados con tintes oscuros de desaliento, personas que no midieron sus palabras porqué (en esos momentos) solo les interesaba escapar de sus circunstancias.

A propósito, aunque se habla de aborto, nunca se mencionó que los pequeñitos que nunca vieron la luz fueron a causa de madres asistiendo a clínicas legales, sino que fueron desdichados sucesos en la vida de ellas…  Suficiente sal en la herida por un día.

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Acerca del autor

Lester H. Delgado

Esposo, papá y pastor.
6 años de estudio formal en teología, 3 de estudio formal en escritura creativa y una vida tomando café... también formalmente.

por Lester H. Delgado

Lester H. Delgado

Esposo, papá y pastor.
6 años de estudio formal en teología, 3 de estudio formal en escritura creativa y una vida tomando café... también formalmente.

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