Soy joven, soy moderno, “era” cristiano… y por esto me fui de la iglesia

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Algunos me conocerán: me dedico a postear en Facebook mi descontento con el sistema evangélico y su falta de ejemplo en la sociedad con frases que parecen sabias y fulminantes; ustedes las han leído, esas que están incrustadas forzosamente en una imagen del Guasón de la última película de Batman; sé bien que la imagen no tiene nada que ver con mis frases, pero hace que me sienta rudo y filosófico a la vez.

Algunos también me recordarán: sí, soy el mismo que se confesó en Soy joven cristiano, soy moderno… y está es mi vida espiritual, pero ahora, que soy uno de los sabios de las redes sociales, vengo a abrirle los ojos a muchos, exponiendo mis razones de porqué me fui de la iglesia:

El testimonio de los otros

La primera y mas importante, el motor de todas, la madre de todas mis razones, es: que en la iglesia son todos unos hipócritas. Sí, no le prestes atención a mi mala vida espiritual ni a mis pecados mas notorios o a mi inconstancia cumpliendo lo que la biblia dice, porque la culpa de que yo me alejara de Dios es la hipocresía de esos que se dicen cristianos, a ellos tienes que ponerle atención: con su mala vida espiritual; llena de pecados notorios y siempre inconstantes en cumplir lo que la biblia dice… pero recuerdo con cariño cuando con algunos de ellos pecábamos juntos, luego decidieron abandonarme y volverse santurrones e hipócritas.

Líderes irresponsables

Nunca pude tomar decisiones importantes ni afirmar convicciones trascendentes que marcaran mi comunión con Dios, pero no fue mi culpa sino la del líder de jóvenes porque nunca llegó a visitarme a la casa; que yo siempre ignorara sus llamadas no le daba derecho a no venir a buscarme; después de todo, ese era su trabajo. Sé que si le preguntan se excusará diciendo que siempre me invitaba a la reunión de jóvenes; pero ¡oigan! tenía que ser responsable con mis estudios, incluso en vacaciones. Además; visitas a la casa e invitaciones a la reunión de jóvenes de la iglesia no son lo mismo, no hay que confundir las cosas.

Falta de amor

No me mostraron el amor de Dios: durante los cinco años que estuve llegando supieron siempre que mi novia no era cristiana, pero no me aceptaron tal como era, pues esos cinco años me taladraron la cabeza diciéndome algo así de un yugo que no era igual. Si hubiesen querido mostrarme el amor de Dios debían haberme aceptado junto con mis decisiones.  Son unos hipócritas.

Predicaciones legalistas

Tampoco me gustaban mucho las predicaciones; siempre había algo que tenía que cambiar, mejorar o confesar. Siempre estaban en contra de todas las tendencias de moda, atacando los nuevos pensamientos no retrógrados  y revolucionarios de amor hacía los demás, los pensamientos de los que si cambiamos con las épocas y queríamos adecuar el mensaje de Cristo para que sea mas tolerable a cada grupo. Nunca aceptaron mi forma “no bíblica” de ver las cosas; lo espiritualizaban todo.

Favoritismos

No me dejaron servir como líder ni tocar la guitarra en el grupo de alabanza como a los demás, justamente por mi novia no creyente; porque decían que necesitaban compromiso con el Señor y buen testimonio… ¡pero que forma de excluirme! se atrapan mas moscas con miel que con hiel, ¿que tiene que ver una novia no cristiana con que yo quiera servir en la iglesia? ¡no tiene nada que ver una cosa con la otra! fue el colmo, decidieron poner a otro que apenas llevaba dos años de asistir a la iglesia… No sé si ya mencioné que son unos hipócritas.

Poca atención

Algunas veces busqué consejo para mi vida espiritual con personas de la iglesia pero nadie me prestó atención, se alejaban de mi como si tuvieran alguna especie de virus infeccioso o me miraban con sospecha, con desconfianza; así fue con todas y cada una de las muchachas bonitas a las que me acerqué a hablarles de mis necesidades espirituales.

Abandono

Por si todo esto fuera poco, Dios también me falló cuando mas lo necesité: quería que yo estuviera en comunión con él todos los días, algo que  no pude hacer, porque francamente, me parecía exagerado; porque ustedes deberían haberme visto cada vez que tenía un problema; me salían cayos en las rodillas por tanto orar, clamar y decretar. También deberían haber mirado mi muro de Facebook y mis fotos de Instagram en esas épocas; lo tapizaba de versículos, cambiaba al  macabro Guasón de Batman por imágenes de Cristo viniendo en gloria con todos sus ángeles… pero Dios nunca me contestó, y si te abandona el mero jefe en tiempos de angustia ¿en quién puedes confíar?

Por eso aquí me tienen dejando las filas de los cristianos y criticando con toda la inteligencia que tengo un camino en el que nunca pude ser sabio. Pero… ¿mencioné que son todos unos hipócritas?

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Acerca del autor

Lester H. Delgado

Esposo, papá y pastor.
6 años de estudio formal en teología, 3 de estudio formal en escritura creativa y una vida tomando café... también formalmente.

por Lester H. Delgado

Lester H. Delgado

Esposo, papá y pastor.
6 años de estudio formal en teología, 3 de estudio formal en escritura creativa y una vida tomando café... también formalmente.

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