La oración que no esperabas hacer

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¿Alguien recuerda esa vez que una famosa cantante cristiana le dijo a Dios en una oración que no aceptaría un «no» por respuesta? por ahí debe estar el video, en alguna parte de Youtube.

 Pensando en ello me doy cuenta de qué poca consciencia tenemos de a quién estamos hablando cuando oramos, es decir, concordemos que si ninguno se atrevería a decirle a su jefe «no acepto un NO por respuesta» mucho menos al Señor Creador del universo.

 Quizá la gente tiene tales actitudes con el Señor cuando ora porque no sabe o se olvida que: la oración es un proceso orquestado por Dios para que el hombre aprenda a ser humilde. Tan solo piénsalo, la razón por la que no oramos es que creemos que podemos controlar cada situación de nuestra vida.

 Puedo mencionar por lo menos 4 momentos de humildad que el hombre aprende en ese proceso dirigido por Dios llamado «oración»:

  1. Humildad para «descubrir» las peticiones: lo admito, eso de descubrir suena muy místico, pero me refiero a «darnos cuenta» o «ser conscientes» de las cosas por las que tenemos que orar. Pero puse «descubrir» para que siguieras leyendo.

Mira lo que dice el capítulo 12 de Hechos, una historia que seguro conoces desde niño: el rey Herodes había comenzado una persecución sanguinaria contra los cristianos; ya había maltratado a algunos y le había quitado la cabeza a Jacobo. Como cualquier político, al ver que el pueblo (los judíos) estaba contento con la muerte de los de esta «secta», planeó continuar de esa manera y se dispuso atrapar a uno de los «pesos pesados» entre sus miembros, con la idea de sentenciarlo a un final igual que la victima cristiana anterior.

​Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.

v.5

La oración está para que conversemos con Dios y que podamos exponerle nuestras peticiones, cualquiera que estas sean (sabiendo que él tiene la última palabra), pero debemos entender que a veces es Él quien escoge las peticiones por las que debemos orar, a través de las situaciones difíciles que nos acorralan. Porque recuerda, está buscando que aprendamos humildad.

Estoy seguro que la iglesia en Hechos 12 hubiese preferido orar por muchas cosas diferentes, no sé decir si más placenteras, pero sí con menos angustia. Sin embargo la realidad era que Dios, a través de la persecución violenta y caprichosa de un político loco, les había dicho cuáles eran los motivos de oración de ese tiempo, incluso les puso un nombre: Pedro.

Por supuesto que todos preferimos orar por las cosas que queremos, por los deseos y sueños de nuestros corazones, pero no me dejen mentir, las veces que más hemos orado fueron cuando Dios escogió las peticiones por medio de pruebas y situaciones peligrosas, que no respetaron nuestros anhelos de nubes blancas.

 2. Humildad para orar por esas peticiones

 «Mi primo trabaja para Herodes y tiene un amigo que conoce a uno de los dieciséis guardias que custodian a Pedro» – dice alguien entre los miembros de la iglesia cuando se enteran que lo han arrestado.

 «¿Es en serio?»

 «Sí, y también es camarada del que tiene las llaves de las cadenas»

 «Hay que hablar con él, quizá pueda ayudarnos…»

 Sí, el dialogo es absurdo y la situación inverosímil, quizá demasiado idealizada; aunque muy común entre cristianos de nuestro tiempo; presentas mil soluciones y personas antes de tomar la decisión de orar al único que ya tiene la respuesta. Gracias a Dios que en lugar de el diálogo anterior la biblia dice que «la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él»

 Porque no basta reconocer las dificultades en las que nos encontramos; una cosa es saber que tenemos que orar por algo y otra cosa es en verdad orar por ese algo. Dios sabe que antes de doblar las rodillas y quedarnos quietos en el piso, preferimos correr al humano más cercano que el corazón engañoso pone delante de nuestros ojos. El secreto para comenzar a orar por las peticiones que Dios ha escogido es reconocer que ya no tenemos más el control de las cosas (en realidad creo que nunca lo tuvimos pero pensábamos que sí).

3. Humildad para recibir la respuesta a nuestras peticiones

Cuando llamó Pedro a la puerta del patio, salió a escuchar una muchacha llamada Rode, ​la cual, cuando reconoció la voz de Pedro, de gozo no abrió la puerta, sino que corriendo adentro, dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta. Y ellos le dijeron: Estás loca. Pero ella aseguraba que así era. Entonces ellos decían: ¡Es su ángel! Mas Pedro persistía en llamar; y cuando abrieron y le vieron, se quedaron atónitos.

12:13-16

Ya sé que me salté una gran parte de la historia, pero para los que no han leído el relato: Dios libera a Pedro de la cárcel, dándonos unas de las escenas preferidas del Nuevo Testamento, tienes que leerlo tu mismo (de los versículos 6 al 12), por ahora basta con el spoiler de que al final Pedro fue liberado de la cárcel y Herodes no le corta la cabeza.

Lo que quiero resaltar son las palabras del grupo que estaba orando en casa de Marcos: “Estás loca” y “¡Es su ángel!”

Preguntas simples, respuestas simples:

¿Por quién estaban orando?

Respuesta: por Pedro

¿Quién estaba llamando a la puerta?

Respuesta: Pedro

Pregunta incómoda:

¿Porqué le dicen «loca» a la muchacha que les informa que la respuesta a su oración está tocando la puerta?

 Se me ocurre parafrasear la frase «Estas loca» con un pensamiento parecido a este:

«¡Muchacha, debes estar loca ¿Cómo se te ocurre pensar que Dios contesta de una forma tan bondadosa y favorable a nuestras peticiones?!»

 Además, cuando ella asegura que en verdad es Pedro, porque ella ha reconocido su voz, ellos le dicen: «Es su ángel», puede ser porque entre los judíos estaba la creencia de que Dios asignaba un ángel de la guarda a cada persona y que este podía tomar la apariencia de la persona a la que cuidaba y por eso ahora había tomado la apariencia de Pedro y se había acercado a la casa de ellos.

 Pues qué ángel tan peculiar este que podía hacer algo tan sorprendente como tomar la apariencia de Pedro pero que tocaba la puerta porque no podía atravesarla, ¿o es que era muy educado?, el que fue enviado por Dios a liberar a Pedro si tenía el poder de pasar desapercibido entre los guardias y de cruzar las puertas milagrosamente, pero este no, este tocaba la puerta… bueno, ya entendiste mi punto.

 Cuando Dios dice que «sí» en su gracia y misericordia también se necesita un corazón humilde para creer que el Señor es bueno.

4. Humildad para gozarme con las respuestas a las peticiones:

 Mis queridos amigos, la frase «No puedo creerlo» sigue siendo incredulidad y una muy ofensiva cuando Dios ha respondido nuestras oraciones. Sé que a veces sus respuestas son demasiado sorprendentes, pero cuando Dios decide actuar de esa manera solo tenemos la responsabilidad de hacer que nuestra cabeza tan «intelectual» se doblegue para recibir su bondad tal como es, así como lo hizo Rode, la muchacha que se olvida de abrirle a Pedro por la seguridad y emoción de que Dios ya ha respondido. Ella sabía a quién había estado orando y que ya había respondido.

 Pero nuestra cabeza y corazón dice «es una locura, debe haber otra explicación», sí es así, más vale que dejemos de orar, pues demostramos que la oración no es más que un pasatiempo religioso que tiene a Dios sin cuidado. La verdad que me preocupa es que en cada grupo que ora, en cualquier lugar, siempre hay dos tipos de personas: los que se alegrarán sin dudar cuando vean la respuesta de Dios y los que dudarán de que Dios ha sido muy bueno, y a esto hay que ponerle cuidado, porque en muchas ocasiones tuve que pedir perdón por encontrarme en el segundo tipo.

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Acerca del autor

Lester H. Delgado

Esposo, papá y pastor.
6 años de estudio formal en teología, 3 de estudio formal en escritura creativa y una vida tomando café... también formalmente.

por Lester H. Delgado

Lester H. Delgado

Esposo, papá y pastor.
6 años de estudio formal en teología, 3 de estudio formal en escritura creativa y una vida tomando café... también formalmente.

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