El liderazgo es algo que muchas personas buscan desesperados pero con intenciones egoístas y muy personales, y otros de la misma manera, desesperados, se ocultan para no tener que estar al frente de un grupo de personas; de estos últimos pueden haber muchas razones (al igual que razones para los primeros), sin embargo, quizá el número de los que buscan liderazgo o se ocultan por las razones equivocadas disminuiría si se conociera lo básico del liderazgo cristiano. A lo largo de varios ensayos te diré lo que tienes que saber si quieres ser líder cristiano.
“Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel”
(Josué 1:1-2)
El liderazgo es para los siervos
Aparentemente es una contradicción ¿no eran los líderes los que guiaban a los siervos?, la confusión se aclara cuando entendemos que todo cristiano es (quiera o no) siervo de Dios y debe actuar como uno. Fíjate en lo que dice Dios de Moisés (ese hombre que se atrevió a plantarse frente a faraón y exigió que dejara libre a su pueblo, que estuvo al frente durante el tiempo en que todas las plagas azotaban Egipto, que puso a salvo a los hebreos de la muerte
de los primogénitos con las indicaciones de la sangre del cordero, que luego de la muerte de los primogénitos egipcios sacó al pueblo y los dirigió en el desierto y por medio de él Dios dejó establecida la ley, las fiestas y prácticamente el inicio de una sociedad diferente a los demás) y este gran paréntesis es para hacer un poco de memoria sobre su liderazgo, pero Dios dice de él: “Mi siervo Moisés” (v.2) y antes en el primer versículo también se habla de él como “…Moisés siervo de Jehová” (v.1).
La palabra “siervo” (que quiere decir “esclavo” cuando se menciona en el Nuevo Testamento) no es para obviarla tan fácil o tenerla en poco, si leíste con mucha atención, te diste cuenta que estamos observando un cambio de liderazgo (de lo cual hablaremos más adelante) y al que va a tomar el cargo de todo el pueblo también se le da la misma calificación: “Josué hijo de Nun, servidor de Moisés” (v.1). Sé qué fue lo que hizo Moisés y viéndolo con ojos humanos (quizá hasta carnales) hizo cosas muy grandes, por algo el paréntesis de arriba, pero mirando los primeros dos versículos del primer capítulo de Josué personalmente no miro que la palabra antes de Moisés sea mayor a la que precede al nombre de Josué, es el mismo rango: siervo. Uno fue el líder anterior, el otro empezaría a serlo, pero los dos tenían claro de qué trataba el cargo: servicio a Dios.
En la actualidad el líder siempre es representado con ropa elegante (y si es posible de diseñador) estando en un extremo de la mesa de reuniones mientras es contemplado por muchas personas. A pesar de que puede ser una imagen que se parezca mucho a la real (excluyendo la ropa de diseñador) y que, en verdad, tenemos que estar al frente de personas, según Cristo, para poder dirigir primero hay que servir; después de que Santiago y Juan le pidieran estar en un puesto muy alto en su reino (Mateo 20:20-24), Jesús les dice a todos sus discípulos (y recuerda que ellos serían los líderes de la iglesia primitiva después de la resurrección y ascensión, así que le está hablando a futuros líderes):
“Sabéis que los gobernadores de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad.” (v.26), detente por un momento en estas palabras ¿te das cuenta que Jesús está retratando la figura moderna y exacta del liderazgo?, se trata de gobernar: mandar, de tener más dominio al alcance, de ser más grande que los otros; para un efecto práctico puedes ver las diferentes casas médicas que compiten por tener la vacuna contra el coronavirus (hay conflictos entre naciones en este tema), y sin caer en cuestiones conspiracioncitas, la carrera al final de todo se resume en tener el control del mercado y quizá otras cuestiones que no vamos a discutir aquí. El proceder de toda compañía o empresa es el mismo, mira la pelea que hay en el mercado de celulares por ejemplo, todas quieren abarcar más terreno y conocemos los primeros dos lugares y las marcas que le siguen.
Pero aunque sea el modelo normal y “secular” de liderar, también ha enfermado a la iglesia en muchas áreas: líderes tratando de gobernar por la fuerza, tratando de hacer valer una autoridad que quizá no tienen y cuyo carácter (de lo que hablaremos también adelante) no amerita lo que buscan. En algunas iglesias incluso hay personas que parecieran siempre tener problemas con las autoridades y buscan pleitos solo para tener una clase de liderazgo, aunque sea una mala, pero tenerla al fin de cuentas.
“como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”
(v.28)
El único líder del cristianismo es Cristo mismo, nuestra autoridad máxima y de quién, precisamente somos siervos; la razón y la meta de nuestro ministerio es él, entonces miremos que durante su tiempo en la tierra no vino para ser servido, sino para servir y esto al punto de sacrificarse por su pueblo. El sello definitivo del verdadero liderazgo cristiano es el sacrificio, esto es otro nivel, no es que las personas de las que estoy a cargo se sacrifiquen por mí, sino yo por ellas. Seamos sinceros, no todos merecen nuestro sacrificio, pero si queremos ser como Jesús tenemos que saber que él se sacrificó por nosotros y eso que ninguno de nosotros valía la pena. Cristo se pone de ejemplo para que nosotros sepamos de qué se trata ser “grande”.
¿De qué se ha tratado tu liderazgo en el último mes? tal vez te la has pasado mandando y tratando de tener más poder, exigiendo que se te respete e intentando marcar y establecer tu autoridad a la vez que tu propio plan de las cosas. ¿Porque no tratas lo contrario?, entender que eres siervo del que tiene el plan, pedirle a Dios que te ayude a ver su plan para la iglesia o los jóvenes (donde sea que lideres) y comenzar a sacrificarte por los demás antes de esperar que ellos lo hagan por ti; recuerda las palabras de Pablo, que teniendo una posición alta entre los demás, dijo: “Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo…” (1 Corintios 4:1)
2. El liderazgo no tiene molde
“Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel”
(Josué 1:2)
Moisés fue llamado en el desierto (Exodo 3), debía regresar a Egipto para exigir a Faraón que dejase libre al pueblo de los hebreos, además, como ya dije antes, estar al frente durante las señales y plagas que Dios mandó para castigar a Egipto, mostrando además lo inútil de sus dioses (cada plaga era para avergonzar a cada uno de los dioses que ellos adoraban); despúes de obtener el permiso de salida debía guiar al pueblo fuera y en el desierto recibir la ley y toda instrucción de Dios para comenzar a darle forma a la nación, dirigir el diseño del tabernáculo y el arca (cada detalle) de acuerdo al “plano” revelado por Dios y todavía más, repetir la ley una vez más para la generación que entraría a la tierra prometida. Estas son algunas cosas (solo por mencionar algunas, en el pentateuco podrás ver muchísimas más, tienes que leerlo para enterarte de todo) en las que Moisés tenía que estar al frente. Pero en el momento en el que Dios dice “Moisés ha muerto” también podemos ver una etapa en el liderazgo del pueblo que va cambiando, no por uno inferior sino por uno necesario para lo que venía, le dice a Josué “ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo…”
¿Qué significaba cruzar el Jordán?
Repartir la tierra prometida, pero antes de poder hacer eso: guerra con muchísimos pueblos, por supuesto que no se puede repartir algo si primero no se tiene el total control de ello. Josué tenía que esforzarse para conquistar con valentía las tierras de aquellos pueblos que sin duda tenían hombres preparados para la guerra. Además la tarea no es tan ordinaria, Dios le dice que durante su liderazgo, Dios iba a cumplir lo que había jurado a los ancestros: Abraham, Isaac y Jacob: “Esfuérzate y sé valiente, porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos” (v.6), ¿te parece poca cosa?
El tiempo de liderazgo de Moisés no se caracteriza por guerras, aunque hubo, ¿recuerdas la vez que Aarón y Hur sostuvieron sus manos en la guerra contra Amalec? (Ex.17), pero durante el liderazgo de Josué hay “más violencia”, más acción, pero no era porque él había decidido actuar diferente a su predecesor, se trataba del tiempo y su necesidad, francamente no sé que hubiese pasado si Moisés hubiese estado a cargo en ese tiempo, lo que sé es que la tarea se le encomendó a Josué. Lo que quiero decir con todo esto es: que Dios utiliza diferentes tipos de hombres para diferentes tipos de tiempos y necesidades incluso en una misma obra, porque él es el que sabe lo que está haciendo en su plan.
En el inicio de la historia del cristianismo tienes dos ejemplos de líderes sin molde, dos personas que estuvieron al frente y que eran por completo diferentes entre sí; por un lado tenemos a Pedro; alguien que no dudaba en hablar atinadamente “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16:16) y que algunas veces hablaba de más “Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré.” (Mt. 26:33). En el otro lado tenemos a Pablo, que en sus propias palabras dice: “Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor” (1 Cor.2:3) y a pesar de eso nadie puede dudar de su liderazgo. Ambos fueron cambiados y utilizados por Dios en el momento que en su soberanía estaba planeado.
Hay muchos consejos en libros cristianos de liderazgo que debemos tomar, pero nunca se trata de ser clones y hacer al pie de la letra lo que otros hicieron, Dios quiere cambiarte a ti principalmente en el transcurso de tu liderazgo, por eso no puedes tratar de meterte en los zapatos de otro porque “así han funcionado las cosas siempre”. Dios no te necesita, pero te puso como líder para este tiempo (aunque no tengas el molde perfecto del anterior), precisamente porque eres otra persona: el quiere formarte a ti como líder, hacer algo en ti, cambiarte a ti, para lo que él sabe que acontece y acontecerá en el ministerio de tu tiempo, porque hay diferentes tipos de liderazgo y cada quien tiene que aprender a serlo de acuerdo al plan de Dios. Habrá cosas que tendrás que dejar (como tu pecado) y partes de tu personalidad que sin duda tendrás que mejorar y otras que definitivamente tendrás que dejar, pero no te olvides que eres otro líder y que el Señor tiene planes individuales y minuciosos dentro de su gran panorama.
3. El liderazgo tiene un perfil espiritual
“Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.”
(Ex. 3:5)
Volvamos a hablar de Moisés; en el versículo de arriba tenemos las palabras de Dios antes de explicarle las cosas que iba a hacer; le dice que se quite el calzado porque está pisando tierra santa, no por ser un atributo del terreno sino porque ahí estaba Dios y su presencia requería el respeto y las acciones necesarias; en un absurdo imagina qué podríamos decir de Moisés si no se hubiera quitado el calzado; estaría faltando el respeto a la santidad de Dios. Ni siquiera hubiese podido estar frente a él. Dios pone sobre todas las cosas y antes de todas las cosas su santidad. Puedes observar la importancia y la misma petición con el sucesor antes de entrar y tomar Jericó:
“Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo.”
(Josué 5:13)
El llamado de cada líder puede ser diferente, Dios no te llamará de la misma manera que me llamó a mí, puedes estar seguro que habrá muy variadas formas en las que cada quién entendió que estaba siendo llamado a estar al frente de un grupo de personas; de hecho esto era algo por lo que yo me sentí en desventaja muchas veces cuando empecé en el ministerio, porque escuchaba testimonios de “llamados” de otras personas y no se parecían en nada al mío, pero entendí que Dios trata diferente con cada uno, ¿notaste que Dios llamó a Moisés (Ex.3) de una manera diferente a como llamó a Josué (Jos.1)? pero si bien, los “llamados” pueden diferir (aunque todos deben ser guiados por la palabra), el perfil que busca antes de la misión es el mismo para todos: “Quita el calzado de tus pies porque el lugar donde estás es santo” (Jos.5:13).
Ver la santidad de Dios antes (y también durante) de ser líder es algo obligatorio; un Isaías dijo antes de su misión: “¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.” (Is.6:5) o avanzando en el tiempo, antes de empezar su “entrenamiento” un Pedro reconoció lo mismo, diciendo: “Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.” (Lucas 5:8). Tener presente su santidad es necesario porque solo así recordarás siempre que no eres nadie especial para liderar siquiera a una persona y que necesitas que Dios te lidere, pero que en su gracia y misericordia el Señor todavía dice, como a Pedro: “No temas; desde ahora serás pescador de hombres.” (5:10), en otras palabras “Te haré líder”.
Dios ya no está en una zarza ardiendo o esperando cerca de Jericó, pero la biblia dice que su Espíritu mora en nosotros: “el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.” (Jn.14:17), si mora en nosotros quiere decir que su presencia es permanente, que siempre está dónde yo estoy y en lo que hago, presente en mi liderazgo, pidiéndome siempre ese perfil de santidad porque no quiere otra clase de líder. ¿Recuerdas que dije hace un momento que Dios quiere cambiarte en el proceso y que tiene planes minuciosos contigo?, pues deja que empiece: lo que miras en Netflix o cualquier plataforma de “streaming” ¿encaja con el perfil de santidad que Dios pide?, ve y aconseja a uno de los jóvenes de tu iglesia una de las series que miras ¿hablaría bien de ti el contenido de ella?. Y qué tal las conversaciones en tus “chats” ¿hay alguna que esconderías y porqué? El perfil del liderazgo que Dios busca es siempre de santidad y abarca toda las áreas de la vida; en teoría eres alguien que está guiando a otro en su caminar con Dios, ¡estás representado al Padre!
¿Que si puedes seguir en el liderazgo sin ese perfil de santidad? probablemente, pero no sé decirte por cuánto tiempo y cómo acabará tu historia.