Entre relajarse y perder el tiempo

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Esta es la situación, es hora de hacer tarea o de estar en la oficina y te dispones a trabajar, pero justo antes de tocar lo que te servirá para hacer la labor… una pestaña se desliza en la pantalla de tu laptop, un whatsapp irrumpe saludando en tu celular o la campanita de youtube te avisa que hay un nuevo vídeo de un canal al que estás suscrito; lo que pasa después es cuento viejo: te llega el anochecer viendo vídeo tras vídeo o saltando de chat en chat, de estado en estado o leyendo cuántos hijos tuvo una señora en Dubai. Mientras que la tarea pendiente sigue pendiente.

Los viejos te dirán sin tapujos que estas “perdiendo el tiempo”; porque ya lo recitaba su conocido refrán: “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, pero estás cundido de estrés y necesitas un break de tu apelmazada agenda de cuarentena en la que medio día transcurrió entre twitter y facebook, requieres un simple “relax” de la rutina de no hacer nada para seguir haciendo lo mismo. La generación antigua le llamaba “pérdida de tiempo” pero la tuya necesita un nombre más actualizado, por lo que desde hace unos años se le ha rebautizado como “procrastinación“. Empresarios, escritores e incluso artistas utilizan el término, pero sigue siendo la misma cosa: no trabajar. No es que mi definición esté manchada por “cristianismo”, pues incluso estas fuentes la confirman:

“Dejar una cosa para hacerla más tarde” (The Free Dictionary by Farlex).

“Diferir o aplazar”. (RAE)

“Es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables” (Wikipedia)

Tal cuál, sustituir lo tedioso del trabajo con lo agradable de la vagancia o lo irrelevante de youtube. No estoy en contra del descanso (todo lo contrario y hablaré de eso más adelante) pero no puedo estar totalmente a favor de la procrastinación; porque nunca fue el plan de Dios que el hombre o sus hijos se la pasaran “procrastinando“.

1. Peligro de escaces:

“Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.”

(2. Tes.3:10)

Este versículo está haciendo eco a Génesis 3:10, en donde Dios le dice al hombre que el intercambio sería trabajo por alimento; todo el mundo quiere comer, no todos quieren trabjar; pero fue la orden de Dios y no tiene planes de cambiar. Pero esto ya lo sabes, sé que no esperas que la vagancia te sirva un plato lleno en cada tiempo de comida, pero consideré ponerlo en la lista por si acaso. Es que la procrastinación puede distraerte tanto que, en tiempos difíciles, te vas a encontrar sin lo necesario para sustentarte (ver Prov.6:6-11).

De hecho cuando se convierte en un hábito, según Proverbios 24, hace a las personas perezosas y se refiere a ellas como “faltas de entendimiento” (v.30), también habla de las evidencias del hábito: un campo lleno de espinos y ortigas crecidas y una cerca de piedra que debería ser para proteger, ya destruida (v.31). Y nos dice la manera en que este hombre perezoso y falto de entendimiento “procrastinó”:

“Un poco de sueño, cabeceando otro poco, poniendo mano sobre mano otro poco para dormir”

(v.33)

Tal vez no sea tu forma de procrastinar, quizá aplicaría más: “un poco de facebook, twiteando otro poco, poniendo filtro sobre filtro para publicar” (versión “aberraciones 2020”) pero te aseguro que el resultado será el mismo: “Así vendrá como caminante tu necesidad, y tu pobreza como hombre armado.” (v.34), en pocas palabras, el hábito te puede matar de forma lenta pero segura y aunque suene a cacofonía si no te mata te deja inseguro: “Por la pereza se cae la techumbre, y por la flojedad de las manos se llueve la casa” (Ec.10:18).

2. Peligro de exposición al pecado

“Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entrometiéndose en lo ajeno”

(2 Tes.3:11)

Por esto son tan famosos los programas dónde personas están ante una “toda sabia juez” “resolviendo” sus conflictos; donde parejas están ventilando sus trapitos a todo público, para que cientos de cristianos sean espectadores y comiencen a sospechar de los demás cristianos y no cristianos acerca de su vida privada. La televisión con sus programas y novelas; youtube con sus problemas entre youtubers no serían nada sin los procrastinadores que escogen el placer de entrometerse en lo ajeno.

“Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa.”

(2 Sam.11:2)

Algunos historiadores dicen que no existe nada malo con que David se haya quedado en Jerusalén cuando era tiempo de guerra (v.1), otros dicen que sí, que debía estar batallando con su ejército; pero lo que si sabemos es que se la había pasado durmiendo y se había levantado hasta muy tarde solo para pasear. El problema con la procrastinación habitual, con el ocio sin control, es que hace que nuestras convicciones se desvanezcan muy fácilmente y nos expongan a derrotas espirituales muy dolorosas.

3. Peligro de tener mal testimonio

“…y acuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado, a fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada.”

(1 Tes.4:11-12)

No lamento que mis compañeros de secundaria recuerden que yo me presentara como cristiano, sino que me conocieran como un estudiante más bien mediocre, si te contara las historias… ellos te sabrán decir. No era tonto, tampoco torpe, solo era un procrastinador de primera categoria, en el aula con las clases, en la casa con las tareas y en la mañana pidiendo copia a “los de afuera” antes de que llegara el profesor. Debí ser el ejemplo de lo bueno y no de lo malo. Ahora transfiere este ejemplo a cualquier área y momento de la vida de un creyente; sucede lo mismo, el testimonio se forma o deforma con los de afuera cuando no trabajas.

¿Pero que hay con el descanso?

Esto puede convertirse en un escrito muy largo, por eso solo haré algunas diferencias entre procrastinar y descansar:

1. El descanso es establecido por Dios, la procrastinación es una distracción.

2. El descanso indica que hemos (cuánto menos) avanzado en el trabajo, la procrastinación nos engaña diciéndonos que avanzaremos después.

3. El descanso es reposar luego de trabajar, procrastinar es reposar sin haberlo hecho.

4. El descanso es confiar en Dios, procrastinar es confíar en mí.

5. El descanso es obediencia, el hábito de procrastinar es desobediencia.

6. Descansar es tener paz con el trabajo hecho, procrastinar es preparar aflicción para el futuro con el trabajo rezagado.

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Acerca del autor

Lester H. Delgado

Esposo, papá y pastor.
6 años de estudio formal en teología, 3 de estudio formal en escritura creativa y una vida tomando café... también formalmente.

por Lester H. Delgado

Lester H. Delgado

Esposo, papá y pastor.
6 años de estudio formal en teología, 3 de estudio formal en escritura creativa y una vida tomando café... también formalmente.

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