Cristo bajo ataque

C

¿Cuántos años han pasado desde que “la pasión de Cristo” se estrenó en los cines; (sí, hubo un tiempo en el que sorprendentemente los cines en verdad se arriesgaban), a muchísimos años de su estreno todavía hay gente que no puede ver muchas de las escenas o bien, ninguna de ellas. No sé si la expresión para los que nos atrevemos a verla de principio a fin es “disfrutar la película” porque no miento cuando digo que en muchos momentos miro con ojos entrecerrados. Aunque tiene algunos pormenores que se pueden obviar sin problema, la película puede aprobarse con mucho más facilidad que la mayoría de series y películas “bíblicas” que hemos visto en los últimos años. Solo soy un hombre que gusta del cine con un criterio específico, de todos modos ustedes se encontrarán con muchas respuestas curiosas acerca de la película, desde corazones conmovidos hasta rostros molestos, cada quien tendrá sus razones.

La escena de la crucifixión de Cristo siempre produce algo en quien la mira, pero ahora no hablo de la película de Mel Gibson, sino de la esencia del relato bíblico, sea cual sea el método con el cual sea representada, la cruz del Señor siempre revela la realidad espiritual de quien la observa.

Tomemos como ejemplo el pasaje de Lucas 23:32-43, donde podemos ver a varios personajes expresar su corazón cuando ven morir al Rey, de hecho, en este relato podremos observar a cada personaje acercarse con una idea decidida de que quién es el que cuelga de la cruz, cada uno con matices muy diferentes. En estos versículos abunda el sarcasmo en contra del Señor y pinta la escasez de luz en los dueños de las palabras.

Vamos a tomar el pasaje justo despues de que Cristo es clavado en la cruz, sabiendo que crucificaron a dos malhechores junto a él, uno a su izquierda y el otro a su derecha; es un espectáculo porque el pueblo esta viendo (35) y Lucas, como si estuviese haciendo un “zoom” con la camara nos acerca a al grupo de los principales de lo judios, los que velaban por el “bienestar” espiritual del pueblo de Dios.

ESTE NO ES DIOS

“…los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si este es el Cristo, el escogido de Dios. ̈ (23:35)

Si bien sabemos que tenían un corazón incrédulo, para poder entenderlos tenemos que prestar atención a los términos que usan:

“El Cristo”; era la manera de llamar al ungido de Dios, que según muchos pasajes (Isaias 17:5 por ejemplo) era aquel rey que vendría a liberar al pueblo de Israel de toda la opresión tiránica; el libertador que vendría en rescate de Israel y en castigo de los enemigos. Estos hombres estaban con el condicional “si este es…” diciendo “este no es” no hay forma de perderlo de vista; en el relato paralelo de este momento Mateo nos dice (capítulo 27) que le echaron en cara que había dicho que podía derribar y construir el templo en tres días y que ya que se había hecho hijo de Dios, debía en ese momento demostrar que el Padre lo había escogido a él, bajandose de la cruz.

También no ignoremos que empiezan sus palabras con “A otros salvó; sálvese a sí mismo”, obviamente no es una afirmación de confianza, lo puedes ver, es un ataque descarado a su obra antes de llegar a la cruz; desafían lo que fue bien sabido por todos durante su ministerio (la razón de la envidia que le tenian), pero ahora que está colgado de la cruz creen que por fin pueden demostrar lo que realmente es: un loco, fuera de sí, igual o poco menos que un maestro con unos cuantos seguidores, uno al que el pueblo no debía hacer caso, un judío peligroso de quien el pueblo tenía que saber que no era Dios.

De hecho la situación es la misma hoy, al escuchar del hombre en la cruz y todo lo que este dijo de sí mismo, los ataques llevan los mismos “títulos”:

“Jesús no es Dios” y esto por “gente del vulgo” con un teléfono que accede a redes sociales; pero ¡cuidado! porque tienen cierta reputación de religiosos o conocedores de algo, lo saben todo a medias y con errores, pero son “figuras importantes” en la comunidad, como los principales que miraban la crucifixión. “No es Dios” dicen, sin haber hecho un estudio consciente sin prejuicios (aunque ni aun haciéndolo podrían sostener semejante afirmación). Lo único que tienen para validar su declaración es un “meme” con poca creatividad apoyado en “prejuiciencia” y datos “históricos” de una cuenta de TikTok que también usa “IA” para mostrarte imágenes de que la tierra es plana. Sin mencionar una mente “inclusiva” que dice que no podemos decir que Jesús es Dios porque ofendemos a las demás religiones y sectas representadas en las personas que dan “like”.

ESTE NO ES REY

“Los soldados también le escarnecían, acercándose y presentándole vinagre, y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo. Había sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDIOS.” (37-38)

(Mientras escribo los versículos es inevitable ignorar que este es un ataque directo a la salvación en Cristo, el Diablo está diciendo “Salvación de parte de él?, mirenlo, ni siquiera puede salvarse a sí mismo”.)

Observemos a los soldados romanos, quienes están encargados de ejecutarlo, no olvidemos en ningún momento que el único trabajo de ellos era seguir ordenes de superiores; es decir que no podían haber llegado a hacer aquello sin que se les diera la oportunidad por medio de una palabra directa y específica de que lo hiciesen. Eran peones de cualquiera que estuviera sobre ellos, no eran más que servidores.

Sin embargo, peones y todo, es bien sabido que tenían el orgullo levantado sobre el pueblo judío conquistado y oprimido y aunque estaban bajo ordenes de superiores, no perderían la oportunidad de recordarles a los judíos en qué posición estaban. Puedes ver esto perfectamente ejemplificado en Hechos 22:27-29, cuando los romanos azotan a Pablo con toda libertad, pero temen cuando se enteran de que es ciudadano romano, ciertamente había una diferencia entre el trato a los judíos o cualquier otro que no fuese romano.

Aunque debían agachar la cabeza al regaño de cualquier autoridad, les había sido entregada una oportunidad que estarían locos de no aprovechar, les entregaron al rey del pueblo que ellos oprimían; por fin una autoridad a quien ellos no tenían agacharle la cabeza, una a la que podían ver por sobre el hombro. Por fin una orden que les gustaba: “crucifiquen al rey”. Si este hombre no era autoridad para los de su mismo pueblo, mucho menos un rey para un vil soldado romano. “Vamos a dejarle claro a este pobre hombre que no es ningún rey”

Como soldados romanos corrientes, controlados por cualquier autoridad que aparezca en sus dispositivos o cualquier famoso que lo diga, la gente está lista para demostrar su despreció por el “Rey de los judíos”; ya muchas personas han hecho notar de manera eficaz que la gente no se atrevería a usar la figura principal de otras religiones como grosería pero si la del cristianismo; por alguna razón “Alá” es palabra santa pero “Jesús” es grosería y chiste.

Es suficiente con una búsqueda rápida en google poniendo “comedias sobre Jesús” para darte cuenta que cualquier hombre se convierte en soldado romano que se divierte con Jesús en el sillón mientras ostenta un control remoto o un iPhone en la mano; ya no se necesita corona de espinas ni una esponja empapada en vinagre para burlarse del rey, solo el micrófono de un comediante haciendo su show de “stand up” dosificado en reels de TikTok para “rascar” vistas.

ESTE NO SALVA

“Y uno de los malhecores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros” (39)

No veo porque no debo hacer demasiado hincapié en el hecho de que los principales, los soldados y este condenado le repiten la misma frase “Sálvate a ti mismo” (35,37,39) pero cada uno lo dice en su propio contexto: los principales para decirle que no era el salvador enviado por Dios, los romanos para decirle que no tenia la autoridad ni siquiera para salvarse de la mano de ellos y este ultimo, no menos pecador, pero en mi opinión, el mas sinvergüenza de los tres grupos representados; porque no tiene más que una condena y clavos que lo sostienen a una cruz parecida, pero habla como un superior defraudado por el esclavo.

Recuerdo en alguno de los libros de Charlie Brown, personaje introvertido que siempre sufre por sus interacciones sociales, este va a un campamento en donde no conoce a ninguno y sufre por un tiempo hasta que en un diario o una carta (no recuerdo bien) escribe que ha encontrado un amigo (tampoco me acuerdo de su nombre), pero la historieta muestra varios cuadros en donde Charlie escribe de lo bien que le ha hecho encontrar a este amigo. Pero en una de los últimos cuadros de ese campamento aparece el dibujo del amigo del que Charlie a escrito maravillas, y él también esta escribiendo acerca de este amigo que conoció, es decir Charlie Brown, de quien escribe lo siguiente “es uno de esos amigos de ocasión que sirve para estos momentos”, generalmente la cordialidad es natural cuando dos o mas personas se encuentran en las mismas situaciones difíciles, ahí hablas con quien nunca pensaste porque el mal común los une.

Sin embargo, este malhechor sigue dando honor al nombre que le puso Lucas en su evangelio, aunque en la misma situación que Jesús, no hay cordialidad en sus palabras, Jesús no merece ni el título de “amigo de ocasión”, solo hay expresiones de pocos amigos, de reclamo, la NBLA lo traduce el versículo con esta frase “¿No eres tú el Cristo?…”, usando, como los principales, el término judío para referirse al Rey ungido de Dios y libertador del pueblo oprimido; no puedo decir si este hombre sabía antes de la crucifixión lo que Jesús decía de si mismo o si solo estaba tomando las palabras que recién escuchó y se estaba subiendo a la tendencia de insultarlo, pero lo que si sé, porque lo que dice la biblia es que estaba exigiendo al Cristo que demostrara que podía salvarse, no porque quisiera que los demás se quedaran con la boca cerrada, sino principalmente porque, si en verdad era el “Rey de los judíos” y “ungido de Dios”, tenía que rescatar a los dos judíos oprimidos por los romanos que estaban clavados en la cruz a cada lado de él, por eso es que dice “…y a nosotros.”

Por esto pienso que este tercero tiene un cinismo descarado (digo “cinismo descarado” porque quiero que las dos palabras redunden enormemente para describirlo) porque, aunque Jesús fuese verdaderamente el Rey, cosa que no creía, se estaba sublevando a él y haciéndolo responsable de no poder bajar de su propia cruz. Uno no puede dejar de preguntarse ¿porqué sentía que tenía el derecho de reclamar que el rey de los judíos lo rescatase después de haber cometido los pecados por los que lo habían condenado? Además decidió representar al otro malhechor, al muy bondadoso se le ocurrió en medio del dolor formar un sindicato de malhechores del cual él quería ser presidente: “Haz tu trabajo Rey, muestra tu poder salvándote a ti mismo porque tienes que salvarnos a nosotros”

También hoy, en su momento, aquellos que dicen que Jesús no es Dios y que se burlan sin reconocerlo como rey, se vuelven más descarados cuando están colgados junto a la cruz como uno de los malhechores, condenados por las malas obras que han cometido, no se reconocen pecadores sino dignos de las acciones del Santo y miran sobre el hombro a Cristo diciendo “¿No eres tú el Cristo?, si lo eres ¿porqué no has hecho nada por mi?, ¿qué no te das cuenta que estoy sufriendo?”. Jesús se convierte entonces en el Dios que tiene que demostrar algo al hombre, el que le debe explicaciones y milagros a todo aquel que lo exija. El débil que está suplicando un poco de atención del pecador que quiere recibir su milagro pero que no está dispuesto a reconocerlo como único camino al cielo, porque eso no es inclusivo.

Quizá la razón por la que este pasaje llamó mi atención en los pasados días, sea que, las mismas burlas y sarcasmos, con palabras más o palabras menos, siguen siendo latentes en este tiempo, los ataques para el crucificado siguen siendo los mismos que en el día del Gólgota, y esto no solo de ateos o personas que no son religiosas. Sino también de parte de mal llamados “cristianos” que disminuyen el valor de la salvación en Cristo bajo un paraguas de de amor políticamente correcto. Si ya para el 2008 una encuesta a treinta y cinco mil personas en Estados Unidos encontró que el 57% de asistentes a iglesias cristianas creían que también otras religiones llevan al hombre al cielo (Not All Roads Lead to Heaven, pag.22, 2016). Imagina que en una iglesia de cien personas, cincuenta y siete crean que otras cosas fuera de Cristo también salvan. ¿Cómo estaremos hoy?
Sin embargo, aunque superados en números, tres contra uno, todavía existimos los otros que también tenemos algo para decir, ese ladrón que está del otro lado de la cruz y que representa a la otra parte de la humanidad:

ESTE ES EL QUE PUEDE SALVARME

“Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; más éste ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” (40-42)

Este hombre contradice enfáticamente las palabras de los que hablaron antes que él:

Primero podemos decir que dice “Eres Dios”, no con esas palabras sino con su regaño al otro malhechor: “Ni aun temes tú a Dios estando en la misma condenación…” (40). Independientemente de que ignoramos cómo este hombre haya llegado a entenderlo, está diciendo con esto lo contrario a lo que los líderes religiosos decían acerca de Jesús.

Segundo, contradiciendo lo que los soldados dijeron, dice en sus propias palabras “Eres el rey” porque da a entender que ese hombre que está en medio un día vendrá a reinar: “Acuérdate de mi cuando vengas en tu reino.” (42), por favor presta atención a sus palabras, está reconociendo que el reino es real.

Y tercero, también en sus palabras le dice “Eres el Salvador” pero no únicamente de la opresión romana y demás tiranos, sino principalmente de los pecados y él sabe que tiene de qué temer porque se reconoce culpable “…justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos.” , él es sucio y el que está en medio es puro “…éste ningún mal hizo”.

Estamos tan acostumbrados a hablar entre cristianos y decir que la batalla ya fue ganada por Cristo, cosa que es una verdad absoluta, pero olvidamos que eso no significa que los ataques hayan cesado. Cristo resucitó después de la crucifixión y prometió que iba a estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mt.28:20) porque lo necesitamos de esa manera; necesitamos que alguien que recibió los primeros ataques nos de valor para seguir enfrentándonos a las mismas objeciones: “Cristo no es Dios”, “Cristo no es Rey” y “Cristo no salva”; el Señor puede defenderse solo, pero necesitamos responder como el malhechor de la otra cruz, ser la contraparte de las burlas y los sarcasmos al Dios, Rey y Salvador; porque eso es lo que decimos creer sobre Cristo.

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Acerca del autor

Lester H. Delgado

Esposo, papá y pastor.
6 años de estudio formal en teología, 3 de estudio formal en escritura creativa y una vida tomando café... también formalmente.

por Lester H. Delgado

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