Cuando era niño sabía que era malo robar y que era bueno ofrendar, entonces me pregunté algunas veces si se podía dar ofrenda de dinero robado. A pesar de que la mayor parte de mi ser me decía a todas luces cuál era la respuesta correcta, de cuando en cuando desaparecían monedas y billetes de la cartera de mamá, y no, nunca di ofrenda de eso… porque no era correcto.
Constantemente creemos que saber lo que dice la biblia es la garantía suficiente para estar bien con el Señor, aunque no practiquemos nada de lo que sabemos, creemos que ya estamos “solucionados” porque estamos enterados de lo que está escrito. Pero en realidad eso no es más que mera información guardada (no atesorada) en la mente sin capacidad de producir algo y esto solo indica que la falla viene de otra dirección.
Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos.
Mateo 2:16
Si lo analizas con cuidado, Herodes fue un hombre “privilegiado” con información acerca del recién nacido rey de los judíos, en pocas palabras, supo todo cuanto pudo saber acerca de Jesús; veamoslo de forma breve:
Primero: recibió la información de su nacimiento, de la profecía cumplida, por la noticia de los magos: “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle” (Mt.2:1-2). Podríamos decir que tuvo información “astronómica”, de ciencia, en cuanto a que el rey había nacido.
Segundo: tuvo la información teológica pertinente y exacta en cuanto al asunto: “Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta…” (2:4). Preguntó a los que tenían esa información, a los expertos que estaban en contacto continuo con lo que decía la profecía.
Tercero: porque podía, se permitió el lujo de tener una reunión privada con el propósito de conocer con más detalle la noticia: “Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella…” (2:7)
Cuarto: “y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.” (2:8). Porque también podía (aunque sabemos que el versículo 8 es el anuncio de su corazón torcido con intenciones malsanas) encargó nueva y más detallada información acerca de Jesús; para el ojo no entrenado, este hombre pareciera alguien que en verdad tiene interés por el nuevo rey. Pero tu ya conoces la verdad (ver el versículo 13 por si no recuerdas).
El problema no fue de mala información sino de mal corazón, tuvo información de Jesús de primera mano, la de los magos, la de los principales sacerdotes y escribas, pero sus intenciones no eran “adorar” como falsamente había declarado.
Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos.
2:16
Bastó no recibir lo que quería para tomar todos esos datos científicos y teológicos de boca de “expertos” para descubrir con acciones su corazón real; mandando a matar a todos los niños menores de dos años acorde “al tiempo que había inquirido de los magos”.
Aquella fue su “gran aplicación”; supo que había nacido el rey de los judíos sin renunciar por dentro al pensamiento de que él era el único rey y que toda amenaza de otro con “el mismo título” debía ser asesinado. La información del lugar del nacimiento no le sirvió para ir a adorar a un niño, sino para mandar a matar a todos allá y sus alrededores, porque cualquier amenaza de revolución en su contra debía acabarse antes de que siquiera empezara.
Todo el tiempo estoy viendo “nuevos estudios”, “nuevas verdades” o “nuevos descubrimientos teológicos” con estudiantes de seminarios o con influencers en redes y largos videos de youtube; la mitad de todo lo anterior con el mero propósito de ganar visitas y exaltar al rey que está sentado frente al feed de instagram o la camara de tik tok, y casi todo el contenido y “nueva revelación” con errores doctrinales enfermizos o con errores de interpretación. Pero, no importa porque es “lo nuevo que hay que saber”.
Y aunque se pueda encontrar contenido bueno y bíblico, el peligro en verdad está en el que recibe al otro lado, porque si tu corazón no está controlado por el Espíritu Santo: información privilegiada a raudales, enseñanzas “sublimes” por montones, datos exactos de boca de expertos y eruditos no cambiarán el corazón, ni te garantizan buenas acciones; no prometen adoración genuina a Cristo; todo eso se convierte nada más en una “biblioteca” que, aunque parezca contradictorio, ignorarás para pecar con mayor conocimiento.