Incapaces

I

Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, y lo guardaré hasta el fin”

Salmo 119:33

Solo el que ha visto a un niño de dos años o menos intentando comer, conoce la frustración que les da el no poder agarrar la comida con el tenedor; cuántas veces he visto a mi hijo de dos años lanzarlo “al infinito” porque no puede poner bocado en el. Cuántas veces he tenido que tomar su brazo y guiar el tenedor primero al plato y después de la misma manera llevar el bocado hasta su boca; entonces después que ha probado el alimento se siente satisfecho y me pide que lo vuelva a ayudar; con gusto lo haré hasta que crezca.

Por falta de práctica, de conocimiento y de experiencia (o cualquier razón), el incapaz siempre necesitará la ayuda del que es capaz. De manera imperfecta quizá, lo que te conté de mi hijo ilustra lo que pasa si dependemos de nosotros mismos para aplicar lo que la palabra de Dios dice; porque he aquí una verdad dolorosa: la biblia no fue escrita confiando en la capacidad del hombre para aplicarla, al menos no sin la ayuda necesaria. Verás; al ser la palabra perfecta y santa de un Dios perfecto y santo no puedes pretender que un humano imperfecto y pecador como tú o como yo pueda obedecerla con mera “habilidad”. Necesitamos del Dios que la escribió para que nos tome y nos ayude a recorrerla y solo así, tomados por él, podremos obedecerla.

Esto lo sabía muy bien el salmista, mira cuántas palabras de dependencia dice tan solo en los versículos 33-40 del salmo 119:

  1. Enseñame, oh Jehová” (v.33).
  2. Dame entendimiento” (v.34).
  3. Guíame por la senda de tus mandamientos” (v.35).
  4. Inclina mi corazón a tus testimonios” (v.36).
  5. Aparta mis ojos, que no vean vanidad” (v.37).
  6. Avívame en tu camino” (v.37).
  7. Confirma tu palabra a tu siervo” (v.38).
  8. Quita de mi el oprobio” (v.39).
  9. Vivifícame” (v.40).

¿Ves? con cada una de estos enunciados vemos que él está pidiendo ayuda para hacer lo que la palabra dice, porque no lo puede hacer él solo. Ahora, no se pide ayuda para hacer esto si no se tiene el deseo de obedecer; en el pasaje de hoy (y en todo el salmo 119) se puede ver ese deseo del escritor, te menciono algunas de esas frases también:

“lo guardaré hasta el fin” (v.33), “guardaré tu ley, y la cumpliré de todo corazón” (v.34), “en ella tengo mi voluntad” (v.35), “he anhelado tus mandamientos” (v.40)

Mi versículo favorito es Filipenses 2:13 “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” y entre las cosas que he aprendido sobre esto es que: Dios nos pide obedecer su palabra, Dios nos da el deseo de obedecer su palabra y Dios nos ayuda a obedecer su palabra. El versículo no es mi favorito por ser corto sino porque a un humano pecador e imperfecto como yo, le da esperanza para practicar lo que dice la biblia; también porque tener el deseo por obedecerlo es una evidencia de salvación pues la mente no regenerada no tiene esa intención.

Al principio dije que ayudaría a mi hijo hasta que creciera y pueda comer solo, y es en esto donde mi ilustración se vuelve más defectuosa, porque el cristiano por más que crezca nunca debería pensar que ya no necesita la ayuda y guía del Padre; cuando se trata de entender y practicar la biblia nunca seremos lo suficiente capaces e independientes para poder “lograrlo” solos.

¿Hay algo que todavía te es difícil aplicar de la biblia?, entonces estás en la posición exacta para comenzar a depender de Dios.

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Acerca del autor

Lester H. Delgado

Esposo, papá y pastor.
6 años de estudio formal en teología, 3 de estudio formal en escritura creativa y una vida tomando café... también formalmente.

por Lester H. Delgado

Lester H. Delgado

Esposo, papá y pastor.
6 años de estudio formal en teología, 3 de estudio formal en escritura creativa y una vida tomando café... también formalmente.

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