La razón de que muchos creyentes terminen apartándose del camino se debe en muchos de los casos a un mal discipulado (en el mejor de los panoramas) y en el peor de los casos se debe a un discipulado inexistente.
¿Porque tenemos que discipular al creyente? aquí hay 3 razones:
Razón 1: Porque necesitamos aprender de la persona correcta.
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;
Mt.11:29
El yugo era una pesada viga de madera que los antiguos ponían a los bueyes o toros para arar el campo, pero también era una metáfora que usaban los judíos para referirse a la disciplina y el discipulado.El Señor está diciendo en otras palabras “Háganse mis discípulos”
Escuché a alguien decir una vez: “discipular a alguien es transmitir tu vida en la vida de un nuevo creyente” pero decir esto es inapropiado, porque si yo transmito únicamente mi vida, el discípulo va a cometer los mismos errores que yo. El discípulo tiene que aprender de la persona correcta, de Cristo mismo.
Estamos viviendo un tiempo bastante violento, donde el creyente está expuesto a cientos de modelos de líderes y estilos de vida en el mundo, y aún dentro del ámbito cristiano, decenas de modelos “cristianos” de vida que sin razón aparente se levantan como líderes, maestros o enseñadores. Algunos cantantes se consideran con el derecho de reclamar a los que lo escuchan como “sus discípulos” y tenemos cientos de jóvenes siendo discipulados por “el evangelio de las canciones” y no el de Jesucristo.
Es por eso que Jesús dice:
“Aprended de mi”: esto es aumentar mi conocimiento, escuchar, informarme, aprender por medio de la práctica, acostumbrarme.
Necesitamos aprender de la persona correcta, y todo creyente debe estar de acuerdo en que el correcto es Cristo, lo mejor de todo es que él no pide esto sin dar razones. Es la persona correcta porque es:
Manso: muchos me pueden enseñar a ser gentil o manso, pero ninguno me puede enseñar a serlo como Jesús.
Humilde: Una correcta opinión de él mismo, incluso uno de los sentidos es: “no tener los pies elevados de la tierra” esto lo está diciendo el mismo Hijo de Dios. Podemos encontrar muchas personas que aparentemente tienen cosas dignas de imitar, pero están parados sobre el pedestal de su orgullo, creyendo que son lo mejor que le pudieron pasar al mundo y merecen todas las atenciones.
Tenemos que recordar que lo mejor que le pasó al mundo no reclamó lo mismo y terminó muriendo en una cruz por lo peor que le pasó al mundo: Nosotros. ¿Porque necesitamos ser discipulados? Necesitamos aprender de la persona correcta: Jesús.
Razón 2: Porque necesitamos ser imitadores de Cristo.
“Por tanto os ruego que me imitéis”
1 Cor. 4:16
¿No habíamos dicho que teníamos que aprender de la persona correcta que es Jesús y no de otros? Tal vez nos hace pensar que hay algún error o en este artículo o en la biblia, sabemos que en la biblia no hay error, y para defender este escrito debo llevarte a otra cita:
“Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo”
1 Cor. 11:1
Imitador: viene de la palabra griega “mimetes”muy parecida a la palabra “mimo” que es alguien que imita todos los movimientos de una persona. Pablo dice “imiten todo lo que yo hago.”
Hubiésemos tenido mucho con qué criticar a Pablo si el versículo solo dijera eso, pero continúa diciendo “así como yo de Cristo”. Pablo podía pedir esto porque él estaba imitando a Cristo. Él estaba copiando todos los movimientos de Cristo.
Hoy somos imitadores de muchas personas pero porque son famosas; en televisión puedes ver a varios predicadores copiándose entre sí, pero no porque su vida recuerde a la de Cristo, sino porque son conocidos, salen en televisión, miles de jóvenes los siguen porque son carismáticos y tienen mucho dinero. Pero esto no es reciente, ha existido siempre:F
“Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.”
Filipenses 3:17-19
Si vas a imitar a otro cristiano, esa persona tiene que hacer lo mismo que Cristo, de lo contrario no merece tu atención ni la de nadie. Es posible también que esa sea una de las razones por la que no discipulamos; sabemos que nosotros mismos no somos imitadores de Cristo, mucho menos atrevernos a pedirle a alguien que nos imite.
Razón 3: Porque Cristo tiene que ser formado en nosotros.
“Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros,”
Gálatas 4:19
Formado: se traduce de morfoo; podría decirse también: “Hasta que lleguen a tomar la forma de Cristo”
Acabamos de ver por lo menos tres versículos donde claramente la atención es dirigida a Cristo, porque ese es el fin principal y máximo de un discipulado, Cristo mismo. Llevar al discípulo a una transformación, a tomar la forma de Cristo, ser como él.
Si queremos discipular a alguien, debemos saber que la lucha por cumplir este objetivo debe hacerse con amor (Pablo usa la palabra “hijitos” denotando su amor por ellos) y también debemos comprender que cumplir este objetivo es costoso: “por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto” eso no es una tarea fácil, las mujeres lo sabrán. Lo que Pablo dice es que su trabajo con ellos no era algo del todo placentero y traía mucho esfuerzo y dolor, pero estaba dispuesto a sufrirlo, porque la noticia inevitable es, que los discípulos cometen errores en el camino: Pedro negó a Jesús, ¡tremendo pecado!, ¿no? y después de muerto y resucitado una de las primeras cosas que Jesús hace es buscarlo y levantarlo. Eso es lo que Jesús hace con sus discípulos!
La verdad es, que muchos de nosotros no estamos dispuestos a sufrir estos “dolores de parto” con tal de que “Cristo sea formado” en nuestros jóvenes, lo digo porque:
Un pecado cometido por el discípulo es suficiente para decir: “¡qué débil es!”
Dos pecados cometidos por el discípulo nos basta para decir: “¡No quiere entender!”
Tres pecados cometidos por el discípulo es razón clara para gritar: “¡Ya no hablo más con él!”
Preguntémonos: ¿Cuántos pecados hemos cometido y Cristo no nos ha dejado?
Si somos discípulos: debemos ver hacia atrás y agradecer por aquellos hombres y mujeres que nos han tomado como sus “hijitos” con todo amor y han sufrido “dolores de parto” con tal de que nos parezcamos cada día más a Cristo.C
2 preguntas:
- ¿Por qué no tomar el compromiso, hoy, de discipular a aquellos jóvenes creyentes que aún no han sido discipulados? Dios hace los cristianos, nosotros los discípulos.
- Si no has sido discipulado ¿por qué no tomar el compromiso de ser discipulado por una persona espiritual?