Disfruto las buenas películas y cada año se estampan las carteleras de cine con adaptaciones de libros famosos, best-sellers actuales y antiguos. La intención es repetir el éxito de ventas del libro en la taquilla, parece infalible: millones de libros vendidos igual a millones de dólares en el cine. Pero esta fórmula muchas veces resulta ineficaz cuando aparecen los fanáticos del libro, quienes se convierten en los principales defensores de la película o en sus más grandes antagonistas; ellos tienen dos frases preparadas: 1. De entusiasmo: “La película es igual al libro” o 2. Desilusión “No le hace honor al libro, el libro es mejor”
No esta nada mal que los directores de cine tomen libros para hacer sus películas, hay suficiente gente perezosa que prefiere ver en vez de leer, pero, el problema es que recientemente algunos guionistas se han atrevido a tocar el best-seller de todos los tiempos; han tomado la biblia no para hacerle honor al libro sino para realzar algunas de sus más ridículas escenas, probando suerte en su intento de fabricar una historia que resulte épica.
Desde deplorables largometrajes con “eventos bíblicos” como Noé en 2014 y Exodo: Dioses y Reyes, o alusiones a eventos bíblicos como sucede en la última entrega de la saga Resident Evil: Capítulo Final en 2016; muchas historias han prestado a los personajes e historias de las Escrituras para poder crear su propia versión. Pero existimos lectores de la obra original que estamos dispuestos a defender el libro.
El asunto sería un tanto diferente tratándose de un homenaje a La Palabra de Dios, pero algunas películas que mencionaré son sencillamente plagios baratos o menciones ridículas de lo que la Biblia relata, claro, es más fácil poner una dosis de zombies en el arca de Noé que crear una historia totalmente original.
Por ejemplo, cuando no es Jesús sino Bruce Willis el que viene para el Armagedón… duele poner en esta lista a una de las películas que más disfruté cuando era adolescente, pero aún a esa edad (y con tan poco conocimiento bíblico) me reí con una peculiar mención en uno de los puntos mas emotivos de la película:
La enorme puerta se abre y se ven las siluetas de los astronautas que están por salvar al mundo del meteorito, afuera el ruido de los reporteros y camarógrafos hace melodía con los helicópteros que vuelan a unos metros del suelo, la música de fondo nos da una pista de que la escena es importante y lo confirma el presidente parándose en el estrado para dirigirse al país y al mundo entero; siguen varias tomas de la gente de todo el mundo viéndolo en tv y escuchándolo en radio, su voz se une a la agridulce banda sonora para perpetrarse en un memorable discurso de proporciones trascendentales para la humanidad… pero de terrible ignorancia bíblica; él dice casi al inicio de su discurso: “La Biblia llama a esto: Armagedón, el fin de todas las cosas”, el truco es sencillo: Pongamos algo de biblia para que se escuche mas seria la cosa.
O ¿qué tal un arca para librarse de los zombies? como en Resident Evil: The Final Chapter. Para los que no sepan de que se trata esta saga, basta con que se enteren que antes de esta última entrega existen seis, donde básicamente se les revientan a balazos las cabezas y cuerpos a cientos de zombies para que no muerdan e infecten a más personas.
La situación en la última película es desesperada y quedan muy pocos humanos con vida, el exterminio de la raza humana como la conocemos está por suceder, pero la mente maestra del villano tiene un plan para salvar solo a unos cuantos y en la escena que explica su plan; el cual incluye términos como “Armagedón” y “Apocalipsis” él señala la Biblia y dice que los elegidos se pondrán a salvo como en Génesis capítulo 6 y estarán a libres de las catástrofes que están por venir.
El problema pasa desapercibido, pero la historia bíblica está puesta de cabeza y sus implicaciones quedarían algo así: La idea del arca no es del Ser Supremo y Santo, sino del supremo villano. La salvación ya no es por gracia como con Noé (Génesis 6:8). El encargado del arca ahora es un villano, ya no es alguien: justo, perfecto en sus generaciones y que caminaba con Dios (Gen.6:9) diferente al resto de hombres que vivía en total maldad. Ahora es el diabólico antagonista quien tiene el control y puede decidir quienes son los escogidos.
Los que se salvan son los malos no los que se preocupan por agradar a Dios como Noé. Es darle vuelta a Génesis 6:5 (hecho a propósito o no) donde Dios dice que “todo designio de los pensamientos” del corazón del resto de los hombres “era de continuo solamente el mal” y por eso decide destruirlos, aquí son los malos los que se salvan. Por lo menos Alice evita que el villano le robe la idea a Dios.
O ¿quién iba a pensar que Jack Sparrow le seguiría los pasos a Moisés abriendo un gran mar? y que al final no es el ejército de faraón el que muere sino el pirata Salazar y sus fantasmagóricos secuaces; pero no pensemos mal, porque todavía queda el toque de “originalidad” de los guionistas al agregar también la muerte heroica de Barbosa en las mismas aguas.
El único punto positivo es que una vez más, la Biblia demuestra ser la narración con los eventos más trascendentales, épicos y peculiares del mundo, porque ya lo dicen por ahí: “La realidad supera a la ficción” Los guionistas solo pueden copiar para sus historias y conceptos.
Hay personas que son amantes de la Biblia y su fe es de concreto, a quienes películas con copias como estas les produce el mismo efecto que un chiste pierde amigos, y comentan sin preocupación algo como: “¡Bravo! ya se les acabaron las ideas, eso lo copiaron de la Biblia” aplaudiendo con sarcasmo a semejante plagio.
Pero ¿que hacemos con el resto? con aquellos cristianos que no aman la Biblia y no tienen conocimiento de ella, porque los que mencioné arriba son la minoría. ¿Que hacemos en una época en donde lo que dice el cine es más cierto que lo que está en la Biblia? ¿cómo le explicamos ahora a la gente que el Armagedón es una campaña donde el Señor, Puro y Santo, pondrá fin a todo el imperio Satánico? (por resumir mucho en poco) y no Bruce Willis dirigiendo a unos cuantos borrachos, locos y pervertidos para salvar al mundo.
A menos que vengas de un mundo donde la utopía cristiana es una realidad (en donde cada creyente pasa un tiempo con la palabra de Dios, conociendo minuciosamente los detalles de cada historia, rincón y versículo) ya te habrás fijado que los cristianos son los que menos conocen su libro (te lo dice un pastor de jóvenes) pero si conocen de películas y sus pormenores; saben lo que ocurre en el episodio 105 de Lost pero no conocen el primer capítulo de Génesis, memorizan a la perfección los diálogos filosóficos y de auto superación de sus películas (imitando las voces), pero no son capaces de recitar sin dificultad Romanos 12:1.
Tengo un amigo, profesor de Biblia de un colegio cristiano, que me contó que tuvo que corregir varias creencias formadas en los estudiantes después que se estrenó la última película de Noé. No estoy invitando a nadie a ir a las salas de cine con pancartas en mano a protestar el día de un estreno, eso no ayuda en nada y tampoco traerá a los guionistas a los pies de Cristo. Estoy pidiendo que aquellos que disfrutamos ver una película (una buena, porque hay algunas que no merecen la pena en ningún sentido) tengamos los ojos abiertos hacía los pequeños desvaríos “bíblicos” de algunas y que estemos siempre listos para explicar y defender lo que la Biblia en realidad dice. Porque lo que dice el antiguo refrán ahora es una penosa realidad: “una imagen (en el cine) vale mas que mil palabras (en la Biblia)”
No me dejarás mentir, cualquiera que mira una película sin haber leído el libro termina creyéndose todo lo que está en la pantalla; ahí es donde los amantes del libro tenemos que decir: “La película no le hace honor, la adaptación es deficiente, el libro es mucho mejor”